sábado, 2 de abril de 2011

Los primeros y los más activos del Grao

Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Realizan actividades de lo más variadas. Desde excursiones hasta competiciones con videoconsolas. Se divierten y participan de la Semana Santa Marinera sin restarle un ápice de rigor y seriedad a la fiesta. Y por si fuera poco, también fomentan iniciativas solidarias

 

MÓNICA ROS
VALENCIA
­Desfilan 14 veces en Semana Santa, y por si fuera poco, además de su imagen, sacan a procesionar a costal aquellos pasos que no tienen cofradía (como el de la Flagelación, en su día, o el de la Oración en el Huerto, en la actualidad). Pero, además, cuentan con actividades de lo más variadas durante todo el año, desde excursiones hasta competiciones de videoconsola, pasando por las actividades que organiza la parroquia a la que pertenecen (Santa María del Mar). Y es que la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno no para un minuto. Y sus cofrades están encantados.
Para hablar de los inicios de esta hermandad hay que destacar a una familia en concreto: los Illueca. Este clan fue el «alma mater» de esta cofradía al fundarla y costear los gastos del trono-anda. Ahora bien, la historia de la hermandad se asienta también sobre las espaldas de muchas otras personas, encargadas de transmitir el legado de una hermandad que ha sabido sobreponerse a las vicisitudes de la fiesta.
En 1945 la empresa Viuda de Enrique Illueca  

—dedicada a la mecánica naval y a las consignaciones de buques, que tenía sus talleres en las atarazanas del puerto— decidió formar una hermandad con unos empleados que, además, eran amigos de la familia. Un año después, la entidad salió por primera vez, el Domingo de Ramos. Lucía Llovet de Illueca fue quien se ocupó, directamente, de definir los hábitos, el estandarte y el emblema, además de encargar la talla del conjunto procesional de la Segunda Caída.
Sin embargo, seis años después la hermandad dejó de procesionar por una serie de lamentables sucesos que hicieron que la Semana Santa del Grao se tambaleara seriamente.
Habrá que esperar hasta 1988 para volver a ver a la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno en plena acción. Regresan con las fuerzas renovadas. Instauran el grupo de apoyo, se crea el conjunto de camareras y aparecen por primera vez los costaleros que llevarán a hombros en anda de la Flagelación ya que por aquel entonces no se había refundado esta hermandad. Además, se instaura el consejo asesor, se creó un coro de la hermandad y se alquiló y arregló el local de la cofradía, que se convertirá en sede social.

Diversión con disciplina
En la actualidad, la hermandad cuenta con alrededor de 90 cofrades, hermanos protectores y cuatro personajes bíblicos (las tres Marías y la Verónica). La entidad se caracteriza por la seriedad y disciplina con la que participan en la fiesta, y por contar con un grupo de tambores. «El grupo de tambores es muy importante para nosotros porque participamos mucho y salimos a la calle, al menos, en 14 ocasiones durante la Semana Santa», explica el presidente de la hermandad, Benito Román.
Sobreviven de cuotas, loterías, rifas e imaginación porque la de Nuestro Señor Jesús Nazareno es una cofradía con recursos y ganas de trabajar. Por ello, la continuidad está asegurada con este grupo del Marítimo que sigue sacando a procesionar aquellos pasos que no tienen hermandad propia. «Antes sacábamos el paso de la Flagelación, pero en cuanto tuvo hermandad propia hicimos lo propio con la Oración en el Huerto. Así nos aseguramos de que, al menos una vez, la imagen salga en procesión», añade el presidente de la hermandad. Además, los responsables de llevar el anda son, ni más ni menos, que el grupo del SAMU, constituidos costaleros de honor de la cofradía
Formada por grandes núcleos de familias, en Nuestro Padre Jesús Nazareno no paran un minuto. Ahora que se acercan las fiestas es casi imposible no sentir la emoción, las ganas y la energía que desprenden aquellos que trabajan todo el año por y para la Semana Santa Marinera.

Diez años colaborando con niños de Bolivia
La hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno lleva diez años colaborando con el Arzobispado de Pando, en Bolivia, que trabaja con niños enfermos. La cofradía recoge fondos organizando diferentes actividades —rifas, loterías, concursos, sorteos...— para recaudar fondos para la causa. «La misión que llevamos a cabo desde hace una década consiste en ayudar a los niños enfermos de Bolivia. Las actividades las realizamos con miembros de la cofradía. Entre todos nos esforzamos y conseguimos aportar nuestro granito de arena a la causa. El comercio también nos ayuda a la hora de poder sortear productos y premios», explica el presidente, Benito Román. m. ros valencia

 

Fuente: Levante-EMV

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